- Los primeros signos de un mal funcionamiento de una bieleta de suspensión son:
- desgaste prematuro de los neumáticos;
- geometría defectuosa del vehículo;
- degradación de los amortiguadores;
- conducción brusca y abrupta; pueden sentirse tirones;
- aparición de vibraciones anormales.
- El cambio de la bieleta de dirección está motivado por la holgura. Dicha holgura puede ser motivo de rechazo por parte de la inspección técnica. Se produce a la altura de la rótula esférica en conexión con la barra de dirección. Puede controlarse fácilmente cuando se levanta la rueda correspondiente: tras calzar el vehículo, colocando las manos delante y detrás de la rueda, y moviéndola para detectar la posible holgura. Para efectuarlo debidamente, el cambio de la bieleta de dirección requiere una herramienta específica. A continuación, el reglaje del paralelismo es indispensable.